Un muro para las personas

Somos muchas las personas de Gijón que, desde que se restringió el tráfico en el Muro de la playa de San Lorenzo por motivos sanitarios, disfrutamos de la humanización de este emblemático lugar.

La baja densidad de tráfico convirtió este espacio público en un lugar más amable, limpio de humos y sin apenas ruido, el cual permite y estimula un uso más saludable y centrado en las personas. Hoy, en el Muro es posible caminar, correr, patinar, desplazarse en bicicleta y también en coche, y no solo es un lugar de paso, sino que invita a quedarse a socializar y disfrutar allí con nuestros peques, mayores, amistades, familias y vecindad. En general se ha vuelto un Muro más accesible para todo Gijón, independientemente del nivel social o capacidades físicas.

Al margen de consideraciones estéticas, valoramos el bajo coste y la sencillez de la implantación inicial. Sabemos que podría ser mejorable y así entendemos que se pretende desde el gobierno municipal, con un nuevo proyecto ya presentado. Y también comprobamos que ha cumplido su función en tiempo record y hemos disfrutado de sus claros beneficios. No queremos una vuelta atrás.

Nuestra ciudad es, desafortunadamente, una de las más contaminadas de España y de camino a ser de una de las más de Europa. Numerosos estudios epidemiológicos, relacionan la polución atmosférica con muertes prematuras y elevados ingresos hospitalarios. Necesitamos atender a los criterios técnicos y científicos que  nos vienen advirtiendo de los graves problemas ambientales y sociales.

La mayoría de los desplazamientos entre barrios en Gijón se hacen andando, vivimos en una ciudad asequible en distancias, sin embargo el tráfico representa un uso desproporcionado del espacio público en relación al dedicado al peatón u otras formas de desplazamiento más sostenibles. Estudios y diagnosticos recientes  indican que la falta de espacios públicos y verdes en Gijón es acuciante. Otras ciudades ya han normalizado estos cambios para mejorar la calidad de vida de personas, comercio y medio ambiente, como exige la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética y otras medidas vinculadas a los fondos europeos, ante las cuales tenemos, además de derechos, obligaciones que cumplir.

Quienes defendemos la permanencia del Cascayu y apoyamos este manifiesto, nos une el deseo de una ciudad más agradable, donde los vehículos no sean el centro de la planificación urbana. Espacios como este, contribuyen a tener un Gijón moderno, menos contaminado, más cohesionado y saludable. 

Si el Muro vuelve a abrir al tráfico, sería un claro retroceso que no entendemos en qué beneficiaría a la ciudad. 

Estas son las razones que nos mueven a elaborar y solicitar el apoyo a este manifiesto. El Cascayu nos brindó la oportunidad de vivirlo y disfrutarlo y no renunciaremos a él.

POR EL DERECHO A UN GIJÓN PARA VIVIR Y NO SÓLO PARA CONDUCIR.

¡Únete y defendamos lo que queremos!

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